EL SISTEMA CANNABINOIDE ENDÓGENO
ESTÁ INVOLUCRADO EN NUMEROSOS PROCESOS.
Hay razones para sospechar la
existencia de otros receptores y de otros
cannabinoides endógenos, lo que constituiría todo un sistema dentro
el organismo. Los procesos en que parece estar implicado este
sistema son numerosos y complejos, pero con un evidente interés
en medicina. La coordinación de movimientos, la memoria a corto
plazo, la percepción sensorial, el control de emociones y del
humor.. son sólo algunos de los aspectos en que parecen estar
involucrados esta familia de compuestos.
Sin embargo queda mucho trabajo por
hacer: conocer el efecto de cada uno de los miembros de la familia,
determinar si este efecto puede ser beneficioso en alguna enfermedad,
desarrollar una forma de administración adecuada, comprobar la
ausencia de efectos adversos y que el nuevo fármaco aporte ventajas
a los ya existentes para tratar estas enfermedades, son, a grandes
rasgos, los pasos que hay que dar antes de disponer en las farmacias
o en los hospitales medicamentos relacionados con el sistema cannabinoide.
Como en tantas otras ocasiones, la
comunidad científica internacional ya está organizada para esta
labor a través de la "Sociedad Internacional de Investigación
sobre el Cannabis". En un reciente congreso de esta sociedad,
unos de sus miembros afirmaba que ".... los datos del conocimiento
de como es el sistema cannbinoide endógeno, y por tanto de los
puntos de actuación de la drogas sobre el organismo molecularmente,
se están empezando a conocer, y por tanto estamos en las etapas
iniciales del conocimiento de las interacciones y actuaciones".
EN UN FUTURO NO MUY LEJANO....
Si las investigaciones siguen al ritmo previsto es muy posible
que dentro de unos años tengamos en nuestros arsenales terapéuticos
varios medicamentos que actúen sobre el sistema endocannabinoide.
Algunas puede que sean productos naturales que se obtengan del
cannabís. Pero la mayoría serán sustancias sintéticas o semisintéticas
que actúen activando este sistema. También son prometedoras las
experiencias con moléculas que bloquean o antagonizan a los endocannabinoides
(sustancias que impidan que la "llave entre en la cerradura").
Para el 2004 los laboratorios británicos
GW Pharmaceuticals prevén sacar al mercado un medicamento derivado
del cannabis como analgésico para la
esclerosis en placas. Otra sustancia relacionada, el 2 - araquidoniglicerol,
parece ser un analgésico muy eficaz en animales de experimentación,
y está permitiendo conocer a los investigadores los mecanismos
cerebrales relacionados con el dolor. Por tanto, aunque no llegue
nunca a estar disponible como medicamento, si que permitirá obtener
otras sustancias analgésicas con mecanismos actualmente desconocidos.
Por otro lado, una vez conocido el
efecto sobre la reducción de la coordinación de movimientos que
se producen en los consumidores de cannabinoides, hay diversos
grupos de investigación que han planteado la posibilidad que los
antagonistas de los cannabinoides puedan ser eficaces en el tratamiento
de enfermedades en las que también se pierde la coordinación motora
(como el Parkinson). Es conveniente destacar que se está hablando
de antagonistas del cannabis (productos que anularían los efectos
de un cigarrillo de hachis o marihuana), y que estas investigaciones
se iniciaron a partir de la observación que los consumidores de
cannabis sufren alteraciones de la coordinación motora, y un deterioro
mayor y más rápido en caso de sufrir Parkinson. Y si destacamos
este detalle es por que en algún medio de comunicación se ha publicado
que el cannabis era bueno para el Parkinson (¿?).
La
enfermedad de Huntington, la deshabituación alcohólica y de otras
drogas, el tratamiento del glaucoma y de la hipertensión ocular,
la broncodilatación en las enfermedades pulmonares.... son otras
posibles aplicaciones terapéuticas de los derivados y de los antagonistas
del cannabis.