Funciones de la saliva en relación a una
buena higiene bucal.
En condiciones normales y en todo momento, salvo durante
el sueño, cuando la secreción es muy escasa, cada minuto se secretan
alrededor de 0.5 mililitros de saliva, casi toda ella de tipo mucoso.
Esta secreción desempeña un papel importante en el mantenimiento de
los tejidos bucales. La boca contiene grandes cantidades de bacterias
patógenas que pueden destruir fácilmente sus tejidos y provocar caries
dentales. La saliva ayuda a evitar este deterioro de varias maneras.
- En primer lugar, el propio flujo de la saliva ayuda a lavar
y arrastrar los gérmenes patógenos y las partículas alimenticias
que les proporcionan el sostén metabólico.
- En segundo lugar, la saliva contiene varios factores que destruyen
las bacterias, entre ellos los iones tiocianato y distintas enzimas
proteolíticas (de las que la más importante es la lisozima) que:
- 1) atacan a las bacterias;
- 2) favorecen la penetración de los iones tiocianato en ellas
para que puedan ejercer su acción bactericida; y
- 3) digieren las partículas alimenticias, contribuyendo así a
la eliminación del sustrato metabólico utilizado por la flora
bucal.
- Por último, en tercer lugar, la saliva suele contener cantidades
significativas de anticuerpos proteicos capaces de destruir las
bacterias bucales, incluidas las causantes de la caries dental.
Por tanto, en ausencia de salivación, los tejidos bucales se ulceran
y se infectan y se produce un desarrollo desmedido de caries dentales.
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Mercedes García de Tiedra.
Farmacéutica comunitaria.
24 de marzo de 2001
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