La nutrición en el embarazo.
1. Consideraciones generales
El embarazo junto con la lactancia constituyen
probablemente los mayores esfuerzos
fisiológicos y conllevan los cambios más importantes
de los procesos biológicos normales de la mujer en el curso
de su vida.
Hasta hace poco, apenas se había prestado atención
a la dieta de la embarazada, lo que llevaba con frecuencia al seguimiento
de regímenes inadecuados.
La madre con su alimentación debe proporcionar al feto los
nutrientes necesarios para su completo desarrollo, además
de atender las demandas nutricionales de su propio organismo.
El conocimiento del estado nutritivo de la mujer previo a la concepción
sirve de gran ayuda para elaborar una dieta equilibrada durante
el embarazo.
2. Modificaciones ponderales en el embarazo.
El aumento fisiológico normal es de 11 kg.
como promedio. En un principio, el aumento se debe al crecimiento
del útero, pecho y volumen sanguíneo de la madre.
Durante el segundo trimestre aumentan los depósitos de grasas
y proteínas, además de la acumulación de líquidos
debido a los altos niveles de estrógenos y progesterona.
La mayor parte del crecimiento en el tercer trimestre se debe a
la placenta, feto y líquido amniótico.
Tanto la disminución de peso (menos
de 1 kg/mes durante el segundo y tercer trimestre), como el aumento
excesivo del mismo (más de 3 kg/mes) durante el embarazo,
puede ser causa de algún problema clínico.
3. Valoración del estado nutritivo en el embarazo.
El planteamiento de un régimen dietético
para una mujer gestante, implica el conocimiento previo del estado
nutritivo de la madre. La valoración de la situación
nutricional requiere la evaluación de:
a) Parámetros antropométricos, en
particular la ganancia ponderal.
b) Parámetros bioquímicos, a través de determinaciones
sanguíneas y urinarias.
c) Historia clínica y situación fisiológica,
para diagnosticar posibles situaciones patológicas concurrentes.
d) Encuesta dietética relativa a la ingesta diaria de alimentos.
4. Necesidades nutricionales en el embarazo.
A lo largo del embarazo, la mujer gestante incrementa
sus necesidades energéticas, de proteínas y de la
mayor parte de minerales y vitaminas. Durante este periodo deben
ser cubiertas las necesidades del feto por su crecimiento con formación
de nuevos tejidos, así como para mantener sus propias funciones
fisiológicas.
a) ENERGíA: La futura madre necesita energía
adicional para el crecimiento del feto, la placenta y los tejidos
maternos asociados.
El incremento total de las necesidades calóricas
en el periodo de los nueve meses de embarazo se estima en 80.000
kcal. que corresponden a un suplemento de 250-300 kcal./ día
sobre las ingestas recomendadas de energía para la mujer
no gestante.
Durante el embarazo aumenta un 20% la masa corporal y por ello cualquier
trabajo físico que requiera un gran movimiento necesitará
hasta un 20% más de energía.
b) PROTEíNAS: Durante el embarazo las necesidades
proteicas se encuentran aumentadas, ya que la mayor parte de las
proteínas de la alimentación de la embarazada se invierten
en la síntesis de nuevos tejidos de la madre y del feto.
En una mujer de edad fértil, las necesidades
de proteínas al día son de 46-50 g. según edad
y peso, mientras que en la embarazada las necesidades aumentan hasta
60 g. de proteínas al día.
Para conseguir que la ingesta proteica sea equilibrada, es necesario
que las proteínas ingeridas en el embarazo sean de origen
animal (huevos, carnes, pescado, leche) y vegetal (legumbres, cereales).
c) LíPIDOS: Los lípidos ingeridos
en la dieta son fundamentalmente triglicéridos, fosfolípidos
y esteroles.
Estos lípidos tienen un papel estructural
muy importante en el embarazo ya que intervienen en la formación
del cerebro y del sistema nervioso central.
Los ácidos grasos esenciales, linoléico y alfa-linolénico,
son constituyentes esenciales de la dieta humana porque los vertebrados
no son capaces de sintetizar estos dos ácidos de "novo'
y ambos son utilizados en las estructuras celulares.
Es importante considerar el papel protector que desempeña
la vitamina E, en los procesos de peroxidación que sufren
estos ácidos grasos poliinsaturados.
La embarazada debe cuidar el tipo de grasa que consume en la dieta,
la cual debe contener un apropiado aporte de ácidos grasos
esenciales destacando el ácido linoléico, que está
fundamentalmente en los aceites de semillas, y la presencia en la
dieta de la embarazada de los ácidos grasos insaturados de
cadena larga (EPA/DHA). Los alimentos en los que se pueden encontrar
estos ácidos grasos son principalmente los pescados "azules".
d) MINERALES
d.1. CALCIO
Se considera que la ingesta diaria debe ser de 1.200
mg/día de calcio, lo que representa aproximadamente unos
400 mg. más de lo que se le asigna a una mujer adulta no
embarazada.
Las necesidades de calcio se acentúan en los últimos
meses del embarazo, al comenzar la calcificación ósea
fetal.
Con el consumo de derivados lácteos y sobre todo de la leche
se puede satisfacer fácilmente la necesidad de calcio.
d.2. HIERRO
Durante el embarazo las necesidades de hierro están
considerablemente aumentadas. Los aportes de hierro aconsejados
para las mujeres en edad reproductiva son de 15 mg/día y
sobre ellos deben adicionarse otros 15 mg. dando un total de 30
mg. durante el embarazo.
La anemia ferropénica se asocia a un riesgo de prematuridad
y a un aumento de la morbilidad y mortalidad feto-materna.
Las fuentes dietéticas de hierro son los huevos, carnes magras,
legumbres, granos integrales, verduras..., aunque a veces es necesario
un suplemento medicamentoso.
d.3. MAGNESIO
Las necesidades de este mineral se encuentran incrementadas
durante la gestación.
Se recomienda una ingesta de 320 mg/día de magnesio en la
mujer embarazada, lo que representa un aumento de 40 mg/día
respecto a la mujer no embarazada.
Los alimentos de origen vegetal tales como los frutos secos, legumbres,
cereales integrales y cacao tienen un elevado contenido en magnesio.
d.4. YODO
Este mineral es importante por las necesidades de
la glándula tiroides materna y del feto.. Se recomienda el
empleo de sal yodada.
Fuentes dietéticas: Pescados y mariscos, productos lácteos,
verduras.
d.5. ZINC
Las recomendaciones de zinc durante el embarazo
son de 15 mcg./día. El zinc está ampliamente distribuido
en los alimentos.
e) VITAMINAS
Paralelamente a la mayor necesidad de
calorías y de los nutrientes específicos mencionados,
aumentan los requerimientos vitamínicos.
el. TIAMINA (Vitamina B1.)
Se recomiendan 0,4 mg/día para la mujer embarazada,
cantidad que fácilmente suministra la dieta común.
Fuentes dietéticas: cerdo, carnes y menudillos, granos completos,
legumbres.
e.2. RIBOFLAVINA (Vitamina B2)
A medida que el embarazo evoluciona, la mujer tiende
a excretar menos riboflavina y a necesitar más de esta vitamina
que las mujeres no grávidas que siguen dietas similares.
La recomendación es de 0,3 mg/día más de riboflavina
como suplemento diario (1,3 mg. para mujeres de 15 a 50 años).
Está ampliamente distribuida en los alimentos.
e.3. NIACINA (Vitamina B3)
Durante el embarazo los requerimientos de niacina
aumentan a 17 mg/día, siendo lo normal en la mujer de 15
a 16 mg/día. Las fuentes dietéticas son: Hígado,
carnes magras, granos y legumbres.
e.4. PIRIDOXINA (Vitamina B6)
Algunos estudios clínicos sugieren la presencia
de deficiencia de vitamina B6 durante el embarazo normal.
Se han atribuido algunos casos de convulsiones en lactantes a la
falta de piridoxina en las fórmulas alimenticias y se ha
reconocido la existencia de una anemia sensible a la pindoxina.
Fuentes dietéticas: carnes, verduras, cereales integrales.
e.5. ACIDO PANTOTENICO (Vitamina B5)
La recomendación para los adultos es de 5-10
mg. siendo el limite superior el recomendado para mujeres embarazadas
o mujeres lactantes.
El ácido pantoténico se encuentra ampliamente distribuido
en los alimentos, en especial en las carnes, cereales de grano entero
y leguminosas.
e.6. ACIDO FOLICO (Vitamina B9)
La depleción del ácido fólico
es la deficiencia más común durante el embarazo, y
la anemia megaloblástica ocurre frecuentemente en este estado.
El ácido fólico se encuentra en todas las células
y sus requerimientos
dependen de la velocidad metabólica y del recambio celular.
En consecuencia, las necesidades aumentan durante el embarazo debido
a las demandas de la eritropoyesis materna y al crecimiento fetal
y placentario. La recomendación se fija en 400 mcg./día
en el embarazo y unos 800 mcg./día durante la lactancia.
Fuentes dietéticas: legumbres, verduras, productos de trigo
integral.
e.7. VITAMINA A
Los niveles de vitamina A tienden a disminuir a
principios del embarazo, elevándose después entre
las 13 y 16 semanas, sobrepasando los niveles normales en la semana
21.
Se recomiendan 4.000 Ul. de actividad de vitamina A para mujeres
adultas. Durante el embarazo, la recomendación se eleva a
5.000 Ul. por compensar el almacenamiento de la vitamina en el feto.
Hay que tener en cuenta que grandes dosis de Vitamina-A preformada
son tóxicas, y la hipervitaminosis puede darse cuando se
administran preparaciones con elevada concentración de esta
vitamina.
Fuentes dietéticas: La provitamina A está ampliamente
distribuida, y el retinol en la leche y derivados.
e.8. VITAMINA D
La vitamina D regula el metabolismo del calcio y
del fósforo. Promueve la absorción intestinal de ambos
y es probable que influya directamente en la mineralización
ósea.
Las recomendaciones para la mujer embarazada son de 10 mcg. de colecalciferol
(400 Ul. de vit. D). En la población de riesgo, como es la
embarazada que no tiene suficiente exposición solar ni una
alimentación equilibrada debe realizarse una suplementación
durante el tercer trimestre de dosis fisiológicas comprendidas
entre 10 y 15 mcg. por día.
Fuentes dietéticas: Aceite de hígado de bacalao, huevos,
productos lácteos y margarinas.
e.9. VITAMINA E
El aumento global en los niveles de tocoferol en
el plasma durante el embarazo, que a término llega a ser
casi el doble del que existe en la mujer no embarazada, refleja
hiperlipemia normal del embarazo, ya que la vitamina E se desplaza
en el torrente sanguíneo unida a las lipoproteinas.
La transferencia de vitamina E a través de la placenta es
limitada, por tanto se deben dar complementos orales al neonato
para evitar la anemia hemolítica.
Las recomendaciones de vit. E son de 8 mg. de alfa-tocoferol/dia
para mujeres no embarazadas, 10 mg. de alfa-tocoferol/dia para las
embarazadas y 12 mg. de alfa-tocoferol/dia para las mujeres lactantes.
Fuentes dietéticas: Semillas, vegetales de hojas verdes,
margarina, aceites.
e 10. VITAMINA O
Durante el embarazo decrecen las concentraciones
en sangre de vit. O, probablemente como resultado de una hemodilución.
Durante el embarazo se recomienda un incremento de 10 mg/día,
siendo las recomendaciones diarias durante la gestación de
70 mg ¡día.
Algunas embarazadas abusan del consumo de Vitamina O y, aunque no
se ha descrito peligro alguno para el feto, la ascorbinemia materna
es elevada y después del nacimiento el niño puede
tener riesgo de presentar un escorbuto agudo por haberse adaptado
a dosis altas. Por ello no deben recomendarse dosis masivas de Vitamina
O, durante el embarazo.
Fuentes dietéticas: Frutos cítricos, tomates, pimientos
verdes, lechuga.
f) PAUTAS DIETETICAS
Recomendaciones: La dieta ha de ser variada incluyendo
alimentos de cada uno de los grupos principales.
- Leche y derivados, debe reforzarse el consumo
ingiriendo, por ejemplo, medio litro de leche, dos yogurs y 30-50
g. de queso.
- Verduras y hortalizas, deben consumirse diariamente, combinando
el aporte crudo (ensaladas) con el cocido, siendo aconsejable al
menos 350 g./dia.
- Las frutas variadas, unos 350 g./dia, de las cuales al menos una
ha de ser fresca (cruda) y a ser posible cítrica (naranja
o limón).
- El agua de bebida recomendada ha de ser de al menos 1,5 a 2 litros
durante el día.
- Evitar el consumo excesivo de:
- Alimentos azucarados que suelen ir en detrimento de otros alimentos
ricos en proteínas, vitaminas y minerales.
- Grasas. Para no tener digestiones pesadas es preferible limitar
las frituras, pastelería, etc.
- Bebidas alcohólicas. Se aconseja no tomarlas.
5. Repercusiones en la dieta de las complicaciones del embarazo.
a) VOMITOS
Algunas mujeres pueden sufrir náuseas y vómitos
durante el primer trimestre del embarazo y también algunos
alimentos que siempre se habían digerido sin problemas pueden
producir trastornos digestivos.
Es frecuente que la ingestión de líquidos durante
las comidas pueda producir vómitos.
Las náuseas suelen desaparecer hacia la mitad del día,
por ello es aconsejable concentrar la mayor parte de la ingestión
de alimentos en la comida, tarde y noche.
Recomendaciones:
Si es posible, tomar algún alimento antes
de levantarse; el desayuno sin líquidos se tolera mejor.
Tomar pocos líquidos durante cualquier comida.
Tomar al menos 1,5 litros de líquidos al día (agua,
zumos, leche, caldos, etc.), pero fuera de las comidas.
b) EXCESO DE PESO
Un aumento entre 9 y 12 kg. suele considerarse adecuado
en un embarazo. El sobrepeso en la embarazada se considera perjudicial
tanto para la madre como para el feto.
El aumento excesivo de peso depende de la edad de la madre, su corpulencia
habitual y su experiencia de maternidad además de su predisposición.
Hay que tener cuidado con los regímenes restrictivos en la
embarazada obesa, ya que tienen que estar dirigidos y equilibrados.
c) ANEMIAS
- Anemia ferropénica: Se produce por un déficit
de hierro en el organismo materno, por eso, ésta ha de incluir
en su dieta alimentos ricos en hierro y proteínas para que
el nivel de hierro del niño al nacer sea suficiente y se
evite una anemia.
- Anemia megaloblástica: Se produce por un déficit
de ácido fálico (o folacina) o vitamina B12. Los requerimientos
en ácido fálico del embarazo aumentan mucho con respecto
a la de un adulto.
- Toxemia del embarazo: Esta complicación se caracteriza
por una elevación de la presión sanguínea,
albuminuria y aumento rápido de peso debido al edema. La
incidencia de esta toxemia se reduce con suplementos de proteínas
y vitaminas.
- Hipertensión: Los requerimientos sustanciales son los mismos
que para una embarazada no hipertensa, aunque sí es necesario
limitar el consumo de sal de la madre, para evitar un acúmulo
de sodio y la formación de edemas.
- Diabetes: Cuando la madre padece diabetes, el niño suele
nacer con hiperinsulinemias acusadas y durante la vida fetal, el
exceso de insulina acelera los procesos de síntesis de proteínas
corporales, con lo cual estos niños nacen con mayor peso
que los niños normales.
Recomendaciones:
Los carbohidratos deben proporcionar al menos 45-50%
de la energía total evitándose los dulces y azúcares
simples, aumentando los almidones y fibra (para en lentecer la absorción
de los carbohidratos).
- La ingesta de proteínas y minerales debe
ser ligeramente superior en la diabética no embarazada.
- Es importante la regularidad de las comidas para evitar reacciones
insulinicas.
6. Embarazo durante la adolescencia.
El peso medio al nacer de los niños de madres
adolescentes suele ser significativamente más bajo y la mortalidad
infantil mayor que en el de la mujer adulta.
Durante la adolescencia, las necesidades de la embarazada se suman
a las necesidades de crecimiento y maduración propias de
la adolescente. Sus músculos no están bien desarrollados,
el esqueleto puede que no haya alcanzado la mineralización
y las reservas de varios nutrientes (Fe, Ac. fálico, Vit.
A y B12) son menores que en la mujer adulta bien alimentada, a ésto
se añade los inadecuados hábitos alimentarios que
suelen tener los adolescentes.
Es importante que la madre aprenda y comprenda las necesidades de
su cuerpo y las de su hijo. Una educación nutricional de
la futura madre es siempre conveniente, pero es imprescindible para
una embarazada adolescente.
7.Precauciones relacionadas con la nutrición de la embarazada.
A) DIETA VEGETARIANA:
El vegetarianismo estricto puede conducir a problemas
nutricionales importantes como la deficiencia de vitamina B12, aminoácidos
esenciales, calcio..., por lo que parece obligada la complementación
de estas dietas con aportes vitamínicos y minerales.
b) MEGAVITAMINAS:
Las
altas dosis de vitaminas en embarazadas son, en la mayor parte de
los casos, innecesarias y a veces peligrosas. Así se han
visto malformaciones fetales por sobredosificación de vitamina
A y D en el primer trimestre de gestación.
O) TABACO:
Los hijos de madres fumadoras tienen bajo peso al
nacer, por lo que se desaconseja fumar a las embarazadas.
d) ALCOHOL:
El alcohol puede afectar negativamente al estado
nutricional de la mujer cuando sustituyen alimentos de la dieta
pudiendo derivar en deficiencias nutricionales.
El alcohol es peligroso para el feto por su toxicidad y por su acción
antagonista con algunas vitaminas como el ácido fólico.
Los efectos nutricionales por déficit y/o toxicidad pueden
provocar "el síndrome alcohólico fetal"
que se caracteriza por malformaciones, retraso mental, hendiduras
parpebrales, labio superior largo...
Se ha observado entre las descendientes de madres alcohólicas
un aumento en las tasas de muerte neonatal, al igual que un descenso
en el coeficiente intelectual entre los supervivientes de estas
madres.
e) AYUNO
Está desaconsejado durante el embarazo por
sus efectos cetogónicos con riesgo para el feto, al igual
que las dietas exentas de carbohidratos.
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