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Galeno. El primer farmacéutico.

Es indudable que la verdadera historia de la medicina romana empezó con la llegada de los médicos griegos. Puesto que no es fácil distinguir los componentes griegos de los romanos, los historiadores recurren a menudo al término "grecorromano". En cualquier caso, la medicina grecorromana fue una adaptación e intensificación de la que habían desarrollado los helenos.

En general, las aportaciones de los romanos se concretaron en la organización del conocimiento médico y farmacéutico y la conversión de la teoría en reglas y dogmas. Como contribuciones de Roma a la ciencia médica cabe citar las obras De medicina, del enciclopédico Aulo Cornelio Celso, De compositione medicamentorum liber, de Escribonio Largo, e Historia naturalis, de Plinio el Viejo, todas ellas escritas durante el siglol d.C.
Este proceso de recopilación corrió a cargo especialmente de Galeno, cuya repercusión en la historia de la farmacia supera incluso a la de Dioscórides. Nacido en la ciudad griega de Pérgamo el alio 129 o 130 d.C., y fallecido el 199 o 200, Galeno fue reconocido como el médico prototipo de su época. Con una formación esmerada y una enorme experiencia médica, hizo de la ciudad de Roma el centro de su actividad y se
granjeó la amistad y confianza de emperadores como Marco Aurelio, Lucio Vero y Cómodo.
Galeno, como médico adoptó una actitud profundamente hipocrática y siguió el camino esbozado por dicha escuela. Autor prolífico, se inspiró en fuentes muy diversas, a pesar de reconocer tan sólo algunas de ellas. Su conocimiento de los fármacos elementales derivaba principalmente de Dioscórides, y su labor consistió en entroncar la organización de la materia médica de éste, con la estructura básica de la patología humoral.

En su obra capital, Methodo medendi (Sobre el arte de la curación), Galeno abordaba temas como las propiedades y combinaciones de los medicamentos elementales o el valor de los fármacos compuestos según sus tipos y la localización de la enfermedad. Aun confiriendo gran importancia a las pruebas empíricas de los medicamentos, a menudo se vio obligado a replegarse hacia concepciones más especulativas. Su principal aportación radica en la clasificación de los medicamentos por sus efectos farmacológicos, de acuerdo con sus cualidades en la patología humoral. En este sentido, organizó la farmacoterapia de la patología humoral en un sistema de reglas y procedimientos rígidos y dogmáticos.


El sistema catalogaba los fármacos en tres grupos. Ante todo, estaban los elementales, que según Galeno poseían una sola de las cualidades de frío, calor, sequedad, humedad. Cada fármaco tenía un grado de actividad, de uno a cuatro, y se especificaba el grado de calor, frialdad, sequedad o humedad necesario para curar cada enfermedad. En segundo lúgar, estaban los compuestos, fármacos complejos que poseían más de una cualidad y a los que Galeno también clasificaba según su nivel de fuerza. Por último, estaban las entidades, que eran fármacos con una acción específica (p. ej., purgantes, eméticos y diuréticos).
En sus tratados médicos,Galeno describió 473 fármacos de origen vegetal, animal o mineral, así como un gran número de fórmulas para fármacos compuestos. Aun sin ser originales suyos, tres remedios que llegarían a ser apreciados de forma universal fueron la hiera picra, la terra sigillata y la triaca. A principios del siglo XX, se consideraba que la hiera picra era el compuesto farmacéutico más antiguo aún en vigencia. La fórmula galénica requería áloes, a los que se agregaban especias y otras hierbas; con la adición de miel, el compuesto se transformaba en un electuario. Según Williams Salmon, un comentarista del siglo XVII, las "virtudes notables"' del compuesto eran su "bondad para soltar el cuerpo y evacuar suavemente Cólera y otros humores enfermos. Calienta..., seca..., abre Obstrucciones y purga humores Flemáticos espesos".

La terra sigillata, o tierra sellada, era una arcilla grasa -que contenía sílice, álúmina, creta, magnesia y un poco de óxido de hierro- existente en las islas griegas de Lemnos, Melos y Samos. Galeno valoraba especialmente la de Lemnos. La terra sigillata se configuraba en forma de grandes tabletas, encima de las cuales se imprimía el sello del lugar de origen. Salmon ensalzaba estas tabletas por ser "secantes, astringentes, sudoríficas y alexifármicas, además de
resistir la Peste, el Veneno, la Putrefacción y todo tipo de Malignidades y Virulencias", y a continuación citaba una lista de sus usos específicos.

La triaca, o teriaca, era el polifármaco por excelencia. Tal como se utilizaba en el mundo clásico, contenía un número variable de ingredientes, a veces más de setenta. Se realizaron esfuerzos para simplificar la fórmula, pero en el Renacimiento el número de componentes aún se había incrementado. Ideada originalmente como antídoto para la mordedura de animales salvajes, la triaca acabó convirtiéndose en un antídoto universal para los venenos y un remedio habitual para numerosas enfermedades. Entre sus ingredientes, mayoritariamente vegetales, desempeñaba un papel prominente el opio, aunque en diversas épocas la fórmula también incluyó el castóreo, la carne de víbora y la escila. La más famosa de las triacas era la denominada mithridatium, en honor de Mitrídates VI, rey del Ponto durante la segunda centuria. Para experimentar con sus venenos y antídotos, Mitrídates utilizaba a delincuentes convictos.
La triaca habría de convertirse en un artículo importante de comercio en la Europa Occidental; la triaca veneciana era especialmente valorada. Durante el siglo xviii, en las grandes ciudades europeas la pomposa ceremonia de elaborar las triacas corría a cargo de farmacéuticos destacados bajo la supervisión, normalmente, del Collegium medicum local. No fue hasta 1752 cuando una farmacopea, la del Royal College of Physicians of Edinburgh, osó excluir las triacas de su contenido.
Galeno preparaba sus propios remedios y criticaba a quienes confiaban en otros para esta tarea. Al igual que la mayoría de médicos de la época, realizaba los trabajos farmacéuticos en un iatreion y guardaba los medicamentos en cajas de madera en una apotheca, o almacén.
Los conceptos galénicos dominaron la farmacia y la farmacoterapia hasta que fueron criticados por Paracelso en el siglo XVI, y aun así, muchas de las ideas de Galeno mantuvieron su vigencia durante mucho tiempodespués. A fin de cuentas, Galeno había presentado un enfoque racional que ponía orden en la terapéutica farmacológica. La ubicuidad de la influencia galénica viene indicada por el hecho de que, aún hoy en día, diversas formas de fármacos vegetales
-aquellas que no implican alteraciones químicas reales- siguen denominándose galénicas. La preparación y ensayo de tales medicamentos se conoce desde hace tiempo como galenismo.

La importancia de Galeno, como figura reverenciada en la historia de la medicina y la farmacia, induce a olvidar a veces que también otros autores en el período del Imperio Romano produjeron una literatura considerable sobre materia médica. Personalidades sobresalientes como Aulo Cornelio Celso, Escribonio Largo, Cayo Plinio Segundo (Plinio el Viejo) y Areteo en el siglo 1, así como también Oribasio en el siglo Iv. Aunque con toda probabilidad Celso no era médico, se considera que su De medicina es uno de los mejores tratados prácticos sobre medicina de la antigúedad grecorromana. Sin embargo, su máxima influencia habría de llegar mucho más tarde, pues en 1478 el manuscrito de Celso, olvidado durante largo tiempo, se convirtió en el primer texto médico impreso.


© Mifarmacia.es. Departamento de contenidos
Alvaro García deTiedra.
Farmacéutico Comunitario.



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