Factores nutricionales que afectan a la hipertensión.
En el adulto joven, las presiones medias sistólica y diastólica
son aproximadamente de 120 y 80 mm Hg, y estas presiones aumentan
con la edad, alcanzando a los 65 años valores medios de aproximadamente
160 y 90 mm Hg. Por ello, es difícil establecer los márgenes de
normalidad de la presión arterial. Sin embargo, se acepta como hipertensión
ligera cuando la presión diastólica oscila entre 90-105 mm Hg; moderada,
entre 105-120 mm Hg, y severa cuando excede de 120 mm Hg
(Pardelí, 1990).
La hipertensión es un factor de
riesgo muy importante en la enfermedad coronaria y sobre todo en
la enfermedad cerebrovascular.
1.Factores nutricionales que
afectan a la presión arterial
Peso corporal.
La obesidad se asocia con una elevación de la presión arterial,
habiéndose demostrado que la hipertensión presenta una prevalencia
doble y del 50 % en personas adultas obesas, jóvenes y mayores respectivamente,
en relación con los valores encontrados en los individuos con peso
normal.
Sodio.
La ingesta excesiva de sodio parece también afectar a la presión
arterial, existiendo varios estudios que matizan este hecho. Por
ejemplo, la ingesta de sal produce un efecto débil pero significativo
en la elevación de la presión arterial con la edad. Sin embargo,
en estudios de población con una baja ingesta de sal, inferior a
3 g/día, no se observa aumento alguno con la edad. Por otra parte,
la restricción moderada y drástica de sal en pacientes claramente
hipertensos es eficaz, no siendo tan evidente el efecto en hipertensos
ligeros.
Un aspecto interesante es la sensibilidad individual de tipo genético
al sodio, y así se ha visto, tanto en animales como en el hombre,
que la reducción en la ingesta de sal afecta cuantitativamente de
modo distinto a los individuos (Luft, 1989).
Potasio y calcio.
El potasio parece también afectar a la presión arterial en el sentido
de disminución, aunque sus efectos no siempre son tan evidentes,
como ocurre con el sodio, pero éste en el sentido de aumento.
En cuanto al calcio, también parece
actuar en el mismo sentido que el potasio; diversos estudios muestran
cómo valores bajos de las presiones sistólica y diastólica se relacionan
con mayores ingestas de calcio.
Otros nutrientes.
Los estudios epidemiológicos constatan presiones arteriales inferiores
en las personas vegetarianas, respecto a los
no vegetarianas, independientemente de la edad, peso y frecuencia
cardiaca. Aunque no es fácil determinar la causa de este hecho se
sugiere que algún nutriente de origen animal, como la proteína la
grasa, podrían elevar la presión arterial.
2. Factores nutricionales que
afectan a la presión arterial
El factor no nutricional que más
afecta a la presión arterial es la actividad física, la cual
reduce la misma en la hipertensión leve y asimismo atenúa la elevación
que normalmente ocurre con la edad (Serra-Majem et al.. 1 994b).
Recomendaciones
en caso de hipertensión
En función de lo dicho, se sugieren
las siguientes recomendaciones frente la hipertensión:
1. Reducir el peso si está por
encima de los valores recomendados (IMC = 25 kg/m2).
2. Reducir la ingesta de sal, lo
cual se lleva a cabo no añadiendo sal a los alimentos, ni en su
preparación culinaria ni durante la comida. Los alimentos contienen
sal suficiente para cubrir los requerimientos diarios en cloruro
sódico.
3. La incorporación de bastantes
verduras y frutas a la dieta no sólo disminuye la ingesta de sal,
sino que aporta cantidades importantes de potasio, cuyas posibles
ventajas se han comentado anteriormente.
4. La disminución de productos
animales no sólo ayuda a una menor ingesta de sal, sino también
de grasa, concretamente saturada, que también parece estar relacionada
con la elevación de la presión arterial.
5. Aunque no se tienen pruebas
suficientes respecto a las recomendaciones de ingesta de calcio,
se aconseja que todos los individuos hipertensos, especialmente
las mujeres posmenopáusicas, reciban por lo menos las ingestas recomendadas.
6. Practicar de modo habitual una
actividad física, de acuerdo con la situación fisiológica y patológica
de cada individuo.
7. Evitar el consumo de alcohol.
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