VITAMINA
K
La vitamina K es una vitamina liposoluble. La fitoquinona,
forma natural de la vitamina K que se encuentra en la alfalfa y
otros alimentos, fue descubierta en Dinamarca y designada como vitamina
K por la palabra danesa koagulation. La filoquinona que suministran
los alimentos es designada como K1, mientras que la menaquinona
producida por nuestras bacterias intestinales se denomina vitamina
K2. Un compuesto sintético con la estructura básica
de las quinonas es la menadiona, o vitamina K3.
La vitamina K es importante para una correcta coagulación
de la sangre en humanos. Es esencial para la síntesis en
el hígado de cuatro proteínas de la coagulación.
Sin la vitamina K, el nivel de proteinas coaguladoras en la sangre
se reduce y el tiempo de coagulación se prolonga. A la proteína
K también se le reconoce un papel en el mantenimiento y la
salud de los huesos. Puesto que la vitamina K natural es liposoluble,
necesita bilis y jugo pancreático en el intestino para una
máxima absorción. Por el contrario, algunos compuestos
sintéticos de vitamina K (K3) son hidrosolubles y se absorben
más facilmente, por eso son usados por personas que no toleran
bien la vitamina K natural, como aquellas que tienen una menor secreción
de ácidos biliares. La absorción de la vitamina K
tiene lugar principalmente en la parte superior del intestino delgado
con ayuda de la bilis o sales biliares y de jugos pancreáticos,
y es transportada al hígado para la síntesis de protrombina,
un factor clave de la coagulación sanguínea.
La vitamina K se encuentra en la naturaleza tanto
en fuentes animales como vegetales. Buenos suplementos se encuentran
en pastos frondosos, en la mayoría de las plantas verdes,
en la alfalfa y en el kelp. Las melazas negras de caña de
azúcar y los aceites poliinsaturados como el del Cártamo,
también contienen algo de vitamina K. En alimentos de origen
animal, la vitamina K se encuentra en el hígado, leche, yogures,
yeme de huevo y aceites de hígado de pescado. La mejor fuente
para humanos es la suministrada por las bacterias intestinales y
por eso el suplemento de vitamina K es particularmente importante
para aquellos cuyo equilibrio normal en la flora intestinal ha sido
alterado.
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