Las vitaminas que piden tus ojos.
En
ocasiones, los hábitos nutricionales actuales hacen que el
aporte de vitaminas y minerales no sea el adecuado que una dieta
alimenticia completa y equilibrada debería proporcionar. Determinadas
circunstancias pueden influir en las necesidades diarias de estos
micronutrientes. Factores como la edad, el estrés, las dietas
de adelgazamiento o incluso el deporte, aumentan las necesidades
de vitaminas y minerales.
Por ello, en ocasiones, se necesita un suplemento
vitamínico en nuestra dieta. Las vitaminas principales para nuestra
vista son:Vitamina A, E y C.
El papel que dichas vitaminas juegan en nuestra visión es
fundamental tanto desde el punto de vista de la regeneración
de los tejidos oculares como desde el punto de vista funcional:
La vitamina A (liposoluble), también
denominada retinol, es indispensable para la visión en el
crepúsculo, ya que actúa estimulando la sensibilidad
a la luz de la retina.Po ello su deficiencia puede ocasionar entre
otros problemas en la visión nocturna.
Para evitar estas deficiencias de vitamina A hay que tomar alimentos
ricos en betacaroteno (sustancia a partir de la cual nuestro organismo
es capaz de producir vitamina A), como son: las zanahorias, la espinaca,
la leche, la mantequilla, la yema de huevo y el hígado.
La vitamina E actúa como antioxidante
en las células frente a los radicales libres presentes en
nuestro organismo. Al impedir la oxidación de las membranas
celulares, permite una buena nutrición y regeneración
de los tejidos.
El déficit de vitamina E puede ocasionar anemia, destrucción
de los glóbulos rojos de la sangre, degeneración muscular
y desordenes en la reproducción.
Se encuentra en los frutos secos, aceite de oliva, aguacate...además,
hay que tener en cuenta que con la cocción de los alimentos
se destruye gran parte de esta vitamina y que no se debe tomar a
la vez que los suplementos de hierro, puesto que ambos interactúan
y se eliminan mutuamente.
La vitamina C: se encuentra casi exclusivamente
en los vegetales frescos. Actúa en el organismo como transportadora
de oxígeno e hidrógeno, pero también interviene
en la asimilación de ciertos aminoácidos, ácido
fólico y del hierro. Al igual que la vitamina E, tiene efectos
antioxidantes.
Por ser una vitamina soluble en agua apenas se acumula en el organismo,
por lo que es importante un aporte diario.
La encontramos en las frutas y verduras. Es muy
sensible a la luz, a la temperatura y al oxígeno del aire.
Un zumo de naranja natural pierde su contenido
de vitamina C a los 15 0 20 minutos de haberlo preparado, y también
se pierde en las verduras cuando las cocinamos.
Cuando falta vitamina C, nos sentimos cansados,
irritables y con dolores en las articulaciones. Es importante para
la vista por que evita la degenaración del tejido conjuntivo.
Determinadas situaciones provocan a pesar del aporte
alimentario estados carenciales de alguna de estas vitaminas:
- Edad.
- Patologías oculares.
- Estrés.
- Dietas de adelgazamiento.
- Desequilibrio oxidativo.
- Trabajo frente al ordenador gran número de horas.
Por lo que son aconsejables aportes suplementarios específicos.
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Departamento de contenidos.
Guillermo
García de Tiedra.
Farmacéutico Comunitario.
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