El Hierro.
Importante oligoelemento para la salud humana, te
damos a conocer ahora sus principales características metabólicas
para que lo aproveches al máximo.
En varones adultos sanos, el hierro total del cuerpo
es de 4,5 g. y en las mujeres de 3,5, el cual se distribuye de la
siguiente manera:
- El 61% en hombres y el 71% en mujeres se encuentra
en la hemoglobina.
- El 10% y 12% respectivamente, está en
los tejidos como mioglobina del músculo y enzimas hem (citocromos,
citocromo oxidasa, peroxidasa, catalasa) y no hem.
- El 01% como transportador de hierro unido
a la transferrina en el plasma sanguíneo.
- El 289% en hombre y el 159% en mujeres
está depositado en hígado, bazo y médula ósea
(como ferritina y hemosiderina).
El hierro que llega en la alimentación puede
presentarse en forma de:
- Hierro hem (ej. Hemoglobina y mioglobina en la carne).
- Hierro no hem (flavoproteínas ferrosulfuradas
como la succinato- deshidrogenasa, la NADH-deshidrogenasa, etc)
y hierro inorgánico que puede presentarse en dos valencias,
ión ferroso (Fe++) o ión férrico (Fe+++).
La utilización de hierro radioactivo, ha
permitido demostrar que el hierro en forma hem, es más fácil
y rápidamente asimilado, así como identificar los
receptores de hem en la mucosa intestinal, y determinar que después
de la absorción por la célula, el hierro se libera
del hem por la acción de una hemoxigenasa.
El hierro presente en forma de sales inorgánicas
y en forma no hemínica en el tracto digestivo, es un conjunto
independiente, cuya disponibilidad depende de los otros componentes
presentes en la dieta. La captación intestinal de estas formas
de hierro, puede ser muy rápida cuando las reservas metabólicas
son pequeñas, estando implicados probablemente, puntos de
unión específicos, pero además puede verse
influenciada por diversos factores:
Factores favorecedores
de su absorción:
- Un Ph ácido favorece su absorción, por que gracias
a la acción de los jugos gástricos, convierten el
ión férrico (Fe+++) en ión ferroso (Fe++) que
es más soluble. La mayor parte del hierro de la dieta está
formado por sales férricas, que forman complejos de oxihidróxido
férrico que precipitan al Ph fisiológico.
- Independientemente de su procedencia (huevos,
vegetales, harinas), la presencia de aminoácidos (carne)
aumentan su absorción, posiblemente, porque también
favorecen el paso de Fe+++ a Fe++, que es más soluble.
- Los citratos y el ascorbato (vitamina C) la favorecen, ya que
forman complejos solubles que atraviesan fácilmente las células
epiteliales que recubren el tubo digestivo alto.
- También se asimila más fácilmente
cuando se encuentra en la leche humana, lo que puede deberse a interacciones
específicas entre las glicoferrinas de la leche de la mujer
y los correspondientes receptores de la mucosa intestinal.
Factores que disminuyen su absorción:
- La presencia de fitatos, que se encuentran en el salvado, en los
productos elaborados con harina integral, trigo maíz, alubias,
espinacas, lentejas. Se absorbe mejor el presente en las zanahorias,
patatas, remolacha, repollo, brécol, calabaza, tomates, coliflor,
nabos o chucrut, ya que estas verduras son ricas en ácido
ascórbico, cítrico o málico.
- La presencia abundante de fosfatos, fosfoproteínas
y polifenoles.
- Los taninos del té y café.
- Un Ph alcalino.
- La aclorhidria e individuos gastrectomizados,
por la baja solubilización y quelación del hierro
férrico de la comida.
- La secreción pancreática parece
ser que posee un elemento inhibidor de la absorción del Fe
(aunque no se conoce).
- Ingestión de arcilla alcalina o de sustancias
antiácidas.
El hierro se absorbe principalmente en el duodeno
y en la porción inicial del yeyuno. Normalmente se absorbe
alrededor del 10-20% de los 10-20mg. de hierro que se ingieren diariamente
en una dieta promedio.
El Fe que llega a la luz intestinal puede:
a) Permanecer en ella y ser eliminado por las heces.
b) Absorberse y penetrar en las células
intestinales:
- El mecanismo de absorción intestinal del
Fe aun no se conoce muy bien, según parece, el hígado
secreta cantidades moderadas de apotransferrina en la bilis, ésta
se une al hierro libre y a algunos compuestos del hierro, como la
hemoglobina y mioglobina de la carne, dando lugar a la transferrina,
la cual es atraída y se une a los receptores de las membranas
de las células del epitelio intestinal. Posteriormente, mediante
pinocitosis (englobamiento de las partículas formando pequeñas
vesículas), la molécula de transferrina, que lleva
su depósito de hierro, se absorbe en las células epiteliales,
y después se libera en el lado de estas células próximo
a la sangre en forma de tranferrina plasmática.
- A nivel de las células de la mucosa intestinal,
una parte también puede almacenarse al unirse a la apoferritina
(proteína) para darnos la ferritina.
- Otra parte es utilizada por las mitocondrias
para la síntesis de enzimas y luego se pierde por descamación.
La absorción de hierro es extremadamente
lenta y sólo puede absorberse una cantidad máxima
al día (unos pocos mg.) por lo que no deben administrarse
grandes cantidades.
Posteriormente el Fe++ absorbido nos pasa a sangre
donde sigue unido a una b1-globulina sintetizada por el hígado,
la apotransferrina, para darnos la transferrina o siderofilina,
que le sirve de transporte para distribuirse por todo el organismo
(sobre todo, en los eritroblastos, células placentarias y
hepatocitos). La sideremia normal en sangre es de 80-150 mg/100
ml. en el hombre y 60/140 mg/100 ml. en la mujer.
En los tejidos, y según se necesite, la transferrina
se une a los receptores específicos de las membranas plasmáticas
de las células, permitiendo que el complejo transferrina-Fe
pase al interior por endocitosis y libere el hierro en el citoplasma
celular, generalmente lo transfiere al interior de la mitocondria,
que introduce el Fe en la protoporfirina para la síntesis
de hem; la transferrina es expulsada para su posterior reutilización
(la vida media plasmática es de 9 días).
Las células precursoras eritroides de la
médula ósea son las que poseen mayor cantidad de receptores
de transferrina.
El exceso de hierro puede almacenarse en el citoplasma
celular, al combinarse con una proteína, la apoferritina
(capta el Fe++ y lo oxida a Fe+++), para formar la ferritina . El
hierro entra y sale de la molécula de ferritina de una forma
metabólicamente, que lo mantiene fácilmente disponible
para las funciones fisiológicas normales de la célula.
Los principales órganos de almacenamiento son, hígado
(hepatocito), médula ósea, bazo, hematíes (5-48
atogramos:ag/hematíe) y mucosa intestinal. Otros sitios donde
también se almacena son páncreas, suprarrenales y
todas las células reticuloendoteliales. Existen también
pequeñas cantidades de ferritina en el suero (30-300 ng/ml),
existiendo una íntima correlación entre la concentración
sérica de ferritina y los depósitos orgánicos
de hierro (1 microgramo de ferritina sérica se corresponde
aprox. Con 10 mg. de hierro de depósito). Cuando toda la
apoferritina se ha combinado con el hierro, disminuye la intensidad
de su absorción intestinal. También puede almacenarse
en forma de hemosiderina (mezcla inespecífica de proteínas
parcialmente degradadas, lípidos y hierro, proveniente del
catabolismo de la ferritina por los lisosomas), sobre todo en el
hígado (células de Kupffer) y en la médula
ósea (macrófagos). El hierro atrapado en la hemosiderina
vuelve al sistema metabólico de la célula de forma
lenta e incontrolada. Los depósitos corporales de hierro
son conservados constantemente.
Puesto que el mecanismo de absorción incluye
la captación de Fe++ por las células de la mucosa
intestinal y la transferencia de Fe+++ al plasma, la asimilación
de hierro en su conjunto, puede estar regulada por la relación
entre la biosíntesis de la ferritina (molécula almacenadora
de Fe) y transferrina (molécula transportadora del Fe en
plasma), y por tanto controlada por la síntesis del DNA y
de los RNA mensajeros, Por tanto, los mecanismos que parecen regular
la absorción intestinal de Fe son:
- Cuando toda la apoferritina se ha combinado con el hierro, es
difícil para la transferrina liberar el hierro a los tejidos
y como consecuencia de no poderlo transportar, disminuye la intensidad
de su absorción intestinal.
- Cuando los depósitos de hierro están
totalmente saturados, el hígado reduce la formación
de apotransferrina, disminuyendo así la concentración
de está molécula transportadora del hierro en el plasma
y en la bilis. Por tanto, disminuye la absorción de hierro
intestinal y su transporte a los tejidos.
Los eritrocitos circulantes tienen una vida media
de 117 días. Cuando han cumplido su ciclo vital, son eliminados
de la circulación por el bazo y otros tejidos reticuloendoteliales.
La hemoglobina liberada es fagocitada casi de inmediato por los
macrófagos del organismo (especialmente las células
de Kupffer del hígado, los del bazo y médula ósea),
la porfirina separada se excreta como bilirrubina por la bilis y
el hierro regresa otra vez a la sangre uniéndose a la transferrina
(aprox. 20-25 mg. de hierro) para llegar a la médula ósea
y producir nuevos hematíes o se almacena.
La eficiencia de la utilización del hierro
endógeno es de tal orden que en estado normal se pierden
muy pequeñas cantidades. Cada día se pierde aprox.
1 mg. de hierro. Se excreta, la mayor parte, por heces (una parte
es hierro no absorbido, otra pequeña cantidad, es de la bilis
y otra de las células descamadas de la mucosa intestinal),
en las mujeres también por las pérdidas menstruales
(pérdida adicional aprox. de 1-2 mg/día), por sudor
una pequeña parte, por orina y en el pelo otra pequeña
parte.
Gracias a la utilización del hierro endógeno,
y a las pequeñas cantidades que se excretan, las necesidades
exógenas de hierro son relativamente bajas. Sin embargo,
también debemos tener en cuenta que en gran parte del que
ingerimos con la dieta no se aprovecha (se absorbe menos del 20%).
Se aceptan que los adultos necesitan entre 5-15 mg/día para
satisfacer todas sus necesidades. En las mujeres está entre
15-20 mg. Estando aumentada en la menstruación, embarazo
y lactancia (en estos casos aumenta la absorción entre un
10-20%).
Los niños de 4 a 8 años necesitan
aprox. 0.6 mg/kg de peso corporal y los lactantes (hasta 1 año)
1-2 mg/kg de peso corporal.
Propiedades:
Las células utilizan el hierro principalmente para la síntesis
de hemoglobina (las cual es liberada hacia la circulación
como componente de los eritrocitos), mioglobina (pigmento muscular)
y algunas enzimas respiratorias (citocromos, peroxidasas, catalasas).
Su función primordial es ser un componente
esencial de la hemoglobina. Entre el 80-90% de hierro absorbido
se utiliza para la eritropoyesis que tiene lugar en la médula
ósea. Se considera que eritropoyesis es eficaz cuando produce
la incorporación del 80-90% del hierro a la hemoglobina de
los eritrocitos circulantes. El hierro se combina con la protoporfirina
IX para formar la molécula hem, la cual se une a una cadena
polipeptídica, llamada globina, para formar la hemoglobina.
La misión principal de la hemoglobina es transportar el oxígeno
de los pulmones a los tejidos y llevar el dióxido de carbono
de los tejidos a los pulmones.
Interviene en los mecanismos de oxidación
celular, al ser componente del citocromo, enzima respiratoria encargada
de la transferencia de electrones procedentes de la deshidrogenación
de los sustratos, al oxígeno. Es decir, interviene en la
oxidación de la glucosa para la producción de energía
y en otras cadenas oxidativas productoras de ATP. Forma parte de
otros sistemas enzimáticos respiratorios (catalasa, peroxidasa,
citocromooxidasa).
Componente de la mioglobina, que almacena el oxígeno
para ser utilizado en los fenómenos respiratorios del músculo,
durante períodos de anaerobiosis relativa. También
acelera mucho el transporte de oxígeno hasta la mitocondria.
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D. Joan Sisa Sentis.
Naturólogo.
8 de Marzo de 2001
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