Se publica el primer informe mundial
sobre la violencia y la salud.
3 de octubre de 2002 -- El Informe Mundial sobre la Violencia y la
Salud es el primer informe general de estas características
que aborda la violencia como un problema de salud pública en
todo el mundo. Cada año, más de 1,6 millones de personas
en todo el mundo pierden la vida violentamente. Los expertos en salud
pública señalan que esos datos no son sino la punta
del iceberg, puesto que la mayor parte de los actos violentos se cometen
puertas adentro y quedan sin registrar. El objetivo de este Informe
es arrojar luz sobre estos actos. Aparte de las muertes, millones
de personas resultan heridas a consecuencia de la violencia y sufren
problemas físicos, sexuales, reproductivos y mentales, tal
como se señala en el primer Informe Mundial sobre la Violencia
y la Salud, que hoy hace público la Organización Mundial
de la Salud (OMS).
En el Informe se afirma que las muertes y discapacidades
causadas por la violencia convierten a ésta en uno de los
principales problemas de salud pública de nuestro tiempo.
La violencia es una de las principales causas de muerte en la población
de edad comprendida entre los 15 y los 44 años, y es responsable
del 14% de las defunciones entre la población masculina y
del 7% entre la femenina. En un día cualquiera, 1424 personas
mueren en actos de homicidio, casi una persona por minuto. Aproximadamente
una persona se suicida cada 40 segundos. Unas 35 personas mueren
cada hora como consecuencia directa de un conflicto armado. Se calcula
que en el siglo XX, 191 millones de personas perdieron la vida como
consecuencia directa o indirecta de un conflicto, y bastante más
de la mitad eran civiles. Algunos estudios han demostrado que en
algunos países los gastos sanitarios causados por la violencia
representan más del 5% del PIB.
«El Informe nos lanza también un
reto en muchos terrenos. Nos obliga a ir más allá
de nuestro concepto de lo aceptable y cómodo para cuestionar
la idea de que los actos violentos son meras cuestiones de intimidad
familiar o de elección individual, o bien aspectos inevitables
de la vida», afirma la Dra. Gro Harlem Brundtland, Directora
General de la OMS. Añade que «la violencia es un problema
complejo, relacionado con esquemas de pensamiento y comportamiento
conformados por multitud de fuerzas en el seno de nuestras familias
y comunidades, fuerzas que pueden también traspasar las fronteras
nacionales».
El Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud
constituye la primera recapitulación general del problema
de la violencia a escala mundial. No sólo se centra en la
magnitud del problema sino que aborda también cuestiones
relacionadas con las causas de la violencia y los métodos
para prevenirla y mitigar sus consecuencias negativas para la sociedad
y la salud. Además de las facetas conocidas de la violencia
colectiva, como las guerras o los conflictos, en el Informe se examinan
cuestiones igualmente importantes pero relegadas a menudo a un segundo
plano, como la violencia juvenil, el maltrato de menores, el maltrato
de ancianos, la violencia contra la pareja, la violencia sexual,
la violencia autoinfligida o los suicidios.
Los datos sobre la violencia juvenil indican que
la tasa de homicidios entre jóvenes ha aumentado en muchas
partes del mundo. Se calcula que, por cada joven muerto a consecuencia
de la violencia, entre 20 y 40 sufren lesiones que requieren tratamiento.
Los estudios muestran que las peleas y la intimidación son
comunes entre los jóvenes y que el abuso del alcohol es una
de las circunstancias que desencadena la violencia. Por lo que se
refiere al maltrato de menores, los datos de algunos países
indican que aproximadamente el 20% de las mujeres y el 5%-10% de
hombres han sufrido abusos sexuales durante la infancia.
En el Informe se señala que las mujeres son
las que corren más riesgos en entornos domésticos
o familiares. Casi la mitad de las mujeres que mueren por homicidio
son asesinadas por sus maridos o parejas actuales o anteriores,
un porcentaje que se eleva al 70% en algunos países. Aunque
es difícil obtener cifras exactas debido a la falta de registros,
según los datos disponibles, una de cada cuatro mujeres será
víctima de violencia sexual por parte de su pareja en el
curso de su vida. La mayoría de las víctimas de agresiones
físicas se ven sometidas a múltiples actos de violencia
durante largos periodos. En una tercera parte o en más de
la mitad de estos casos se producen también abusos sexuales.
En algunos países, hasta una tercera parte de las niñas
señalan haber sufrido una iniciación sexual forzada.
Según el Informe, el maltrato de los ancianos
es uno de los rostros más ocultos de la violencia, que además
tiene muchas probabilidades de aumentar porque en muchos países
la población está envejeciendo rápidamente.
Hasta un 6% de los ancianos declaran haber sufrido maltrato. Por
lo que se refiere a los suicidios o a la violencia autoinfligida,
está demostrado que es una de las principales causas de muerte
en el mundo. En la población de edad comprendida entre los
15 y los 44 años, el suicidio constituye la cuarta causa
de muerte y la sexta causa de mala salud y discapacidad.
Los expertos afirman que aunque las estadísticas
son escalofriantes, la situación está lejos de ser
desesperada. «La violencia no es inevitable, ni constituye
un componente intrínseco de la condición humana»,
señala la Dra. Etienne Krug, Directora del Departamento de
Prevención de los Traumatismos y la Violencia. Añade
que «en todo el mundo se encuentran pruebas de que la violencia
puede prevenirse con una diversidad de medidas destinadas a los
individuos, las familias y las comunidades». A modo de complemento
del planteamiento «ley y orden» de la violencia, el
Informe propugna un acercamiento desde la perspectiva de la salud
pública que incluya los complejos fundamentos sociales, psicológicos,
económicos y comunitarios de la violencia. Aunque algunas
investigaciones recientes apuntan hacia factores biológicos
y otros factores individuales que pueden explicar en algunos casos
la predisposición hacia la violencia, con más frecuencia
estos factores interactúan con factores familiares, sociales,
culturales y otros factores externos para crear situaciones en las
que es probable la aparición de la violencia. Entender esas
situaciones y esas causas nos ofrece la posibilidad de intervenir
antes de que se cometan los actos violentos, proporcionando a los
responsables políticos una gran variedad de alternativas
concretas para prevenir la violencia.
Entre las recomendaciones para prevenir la violencia
que formula el Informe se incluyen respuestas de prevención
primarias como los programas de enriquecimiento preescolar y desarrollo
social para niños y adolescentes, formación para los
padres y medidas para reducir las heridas por armas de fuego y mejorar
la seguridad en relación con éstas. Otras recomendaciones
son reforzar las respuestas a las víctimas de la violencia,
promover el cumplimiento de los tratados internacionales y la legislación
y aumentar la capacidad de recolectar datos sobre la violencia.
Para más información sobre el Informe
puede visitar el sitio web de la OMS http://www5.who.int/violence_injury_prevention/main.cfm?s=0020
Puede encargarse un ejemplar del Informe en bookorders@who.int
Para más información, póngase en contacto con:
Helen Green
NMH Communications
OMS, Ginebra
Teléfono: (+41 22) 791 3432
Fax: (+41 22) 791 4832
Email: greenh@who.int
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