Cómo preparar una infusión
Contrariamente a la creencia popular en la infusión las plantas
no deben hervir nunca, sólo se debn escaldar con agua hirviendo.
Por lo general se realizan infusiones con plantas muy aromáticas,
las cuales poseen unos principios activos muy vulnerables a altas
temperaturas, como por ejemplo la hierba luisa, la menta, hierbabuena,
roemero, mejorana, salvia, manzanilla, etc.
La experiencia demuestra que a la hora de preparar una infusión
es preferible poner la cantidad de agua ya medida a hervir sola
y esperar a que arranque el hervor antes de echar las plantas adecuadas.
De esta manera no nos ocurrirá lo que a muchos, que al menor descuido
se encuentran que el agua junto con las plantas rompen a hervir
llegándose a derramar por la cocina.
La infusión es una manera de preparar muchas recetas beneficiosas
para nuestra salud. Por medio de ella conseguimos extraer muchos
principios activos de las plantas medicinales aportando una serie
de elementos vitales para nuestro organismo, tales como los flavonoides,
aceites, taninos, vitaminas y minerales. Las recetas que contienen
varias plantas destinadas a la infusión no pueden contener hojas
o flores mezcladas con raices, semillas o cortezas, ya que éstas
últimas necesitan de cocción. En caso de preparar este tipo de mezclas
se haran por separado, unas en infusión y otras en cocción, juntando
los líquidos resultantes posteriormente.
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