Los huesos de caldo podrían transmitir
el mal de las vacas locas
Los huesos de ternera, muy usados para hacer caldo y cocido, son
una de las partes que entrañan más riesgo en el contagio del mal
de las vacas locas. Por ello,se hace nesario tomar ciertas precauciones
ahora que se acerca la Navidad y el consumo de huesos de caña y
de espinazo aumenta para dar mejor sabor a las típicas comidas navideñas.Desde
Mifarmacia, aconsejamos rechazar las partes más peligrosas,
que son las que contienen mayor concentración de neuronas y linfocitos:
- Cerebro (encéfalo): Es la parte más peligrosa. De
ella salen los sesitos de ternera y cordero tan apetitosos.
- Médula espinal:Contiene cientos de miles de neuronas de alto
riesgo. Hay que evitar los huesos de espinazo, tan empleados
en caldos y cocidos, y el rabo de toro o vaca, que es la parte
final de la columna vertebral
- Huesos: En su interior se crean los linfocitos (La médula
ósea los produce). Los huesos de caña, también ingrediente
de caldos y cocidos, acumulan grandes cantidades, sobre todo
el preciado tuétano.
- Costillas: los chuletones y la carne pegada al hueso también
son peligrosos. De hecho, en Francia han sido prohibidos.
- Bazo y amígdalas: Acumulan gran cantidad de priones (proteina
defectuosa que causa el mal). Aunque no se consumen directamente,
pueden emplearse en la elaboración de algunos alimentos preparados.
La enfermedad de Creutzfeld-Jacobs, La Unión Europea está reforzando
sus medidas de control frente a este mal, una enfermedad mortal
para el hombre: Italia, Francia, Portugal y Reino Unido (origen
de la enfermedad) han prohibido los piensos de origen animal, base
del mal. En España (que había tomado esta medida en 1994) y Latinoamérica
no se han registrado casos. Este pienso, compuesto por huesos y
tejidos nerviosos de rumiantes sacrificados, contiene priónes, proteínas
causantes de la enfermedad.
Los síntomas de la enfermedad en las personas son escalofriantes:
depresión y ansiedad, pérdida de memoria, visión y peso a medida
que el sistema nervioso se destruye, pérdida del habla y rigidez
corporal, convulsiones , y muerte a los 13 meses
Los priones se concentran en las neuronas y linfocitos (glóbulos
blancos), por lo que las partes de la vaca que tienen muchas de
esas células son las más peligrosas.
Aún así, si el animal está sano se puede consumir
en su totalidad.
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