Las lentes de contacto
Las lentes de contacto
son un instrumento invisible que mejora la visión y que hace posible
que, en la actualidad, el 90% de las personas con defectos de refracción
ocular puedan corregirlos. En algunas de estas ametropías -como
por ejemplo una miopía considerable o una curvatura pronunciada
de la córnea-, las lentes de contacto permiten una mayor agudeza
visual que las gafas ( Ver
Ventajas de las lentes de Contacto frente a las gafas ).
Al éxito de las lentes
de contacto ha contribuido de forma decisiva la fabricación de materiales
permeables al oxígeno y con una buena tolerabilidad. Ya en el año
1509 Leonardo Da Vinci realizó los primeros intentos de corregir
un problema de visión mediante sistemas ópticos con contacto ocular
directo. Las lentes de contacto como las conocemos hoy en día, es
decir, hechas de plástico y con una forma que se adapta a la córnea
del ojo, se emplean desde finales de los años 30.
En la actualidad (2001)
el 20% de la población estadounidense con problemas de refracción
ocular utilizan lentes de contacto, mientras que en la Europa Occidental
esta cifra se sitúa entre el 7 y el 9%. Estadísticas que
crecen mes a mes debido a las ventajas
de las lentes de contacto frente a las gafas.
Tipos de lentes de
contacto
El desarrollo y evolución
de las lentes de contacto se inició con las lentillas rígidas; más
tarde aparecieron las "semirrígidas", que son rígidas y flexibles
al mismo tiempo, y finalmente las lentes de contacto blandas, con
un porcentaje de agua cada vez mayor.
Lentes de contacto
rígidas y semirrígidas
Éste es el tipo "clásico" de lentillas, fabricadas mayoritariamente
entre los años 30 y finales de los 70. Originariamente sólo estaban
compuestas de polimetilmetacrilato (PMMA). Las lentillas rígidas
poseen unas propiedades ópticas excelentes, son fáciles de limpiar
y precisan de un cuidado mínimo. Sin embargo el PMMA no tiene una
buena permeabilidad al oxígeno, lo cual reduce la tolerabilidad
de las lentillas. La adición de silicona o flúor permite incrementar
la permeabilidad al oxígeno. Y es así como surgieron las lentes
de contacto semirrígidas y flexibles a la vez, con un nivel adecuado
de permeabilidad al oxígeno.
Lentes de contacto
blandas
Las lentillas blandas no pudieron empezar a fabricarse hasta
la década de los 60. El principal componente de la mayoría de ellas
es el hidroxietilmetacrilato (HEMA). Su porcentaje de agua oscila
mayoritariamente entre el 50 y el 85%. Cuanto más elevada es su
proporción de agua, mejor es su permeabilidad al oxígeno. La concentración
de agua puede aumentarse mediante la unión del HEMA a otros materiales.
Las lentes de contacto
blandas que existen actualmente en el mercado pueden clasificarse
en dos grupos: las lentillas blandas convencionales y las desechables.
En esta última categoría se incluyen las lentes de contacto de usar
y tirar.
Ilustración 1: lente de contacto
flotando sobre la película lagrimal
Lentes de contacto
blandas convencionales
Este tipo de lentillas deberían reemplazarse
al cabo de un año o un año y medio. Los diversos pasos para el mantenimiento
de las lentes de contacto deben seguirse detenidamente.
Lentes de contacto
desechables. Sistemas de reemplazo frecuente
Cada fabricante establece el plazo máximo durante el que pueden
usarse las lentillas y a partir del cual deben ser desechadas y
sustituidas por unas nuevas. Por lo general este plazo es de 4 semanas.
Sin embargo algunas de estas lentillas deben reemplazarse transcurridos
periodos de tiempo más breves o más prolongados, que van de los
14 días hasta los 3 o 6 meses. Las lentes de contacto desechables
requieren los mismos cuidados que las lentillas blandas convencionales.
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